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Las Estaciones de la Vida – La Primavera (Jim Rohn)

domingo, 31 de julio de 2016

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Es importante entender que siempre tendremos oportunidades para saber aprovecharlas en el momento oportuno, en el tiempo preciso. Es en ese instante, en el que no debemos adormecernos, titubear o paralizarnos, sino más bien, estar alertas constantemente y asegurarnos de obtener esa grandiosa oportunidad para triunfar y ser exitosos. 

Cabe señalar, que a algunos se les presenta pocas veces en su vida, a otros, quizás, solo una única vez, aunque es menester comprender que, como nuestro mentor Jim Rohn decía: “El viento sopla para todos”. La pregunta es: ¿Lo aprovecharás al máximo o lo dejarás pasar?

Hoy presentaré un hermoso y desafiante tópico inspirado y editado por uno de los hombres que dejó un legado de triunfos, éxitos y una impresionante filosofía de la vida. Este señor, de quien te he hablado muchas veces en mis artículos anteriores, se llama: Jim Rohn. Si deseas conocer más acerca de él, te recomiendo leer este artículo: Alcanzar el Éxito: Earl Shoaff – El hombre que influenció el futuro de Jim Rohn

El tema en cuestión que deseo darte a conocer y que fue escrito por Jim, es: “Las Estaciones de la Vida”.

Pero antes de introducirte al tema, tengo que manifestarte y como sabrás, que así como el año tiene cuatro estaciones (aunque en todos los países del mundo no existen las cuatro, por ejemplo en mi bella Nicaragua, solo hay dos: Verano e Invierno), también existen las cuatro estaciones de la vida.

¿Las Estaciones de la vida?
¿Sabías que la vida tiene “Estaciones”? Honestamente, yo estaba lejos de noticia con respecto a este tema! Las cuatro estaciones del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno, también existen en la universidad de la vida. Las estaciones de la vida se abren camino entre nosotros para dejarnos hermosas y fascinantes lecciones con el objetivo de instruirnos como seres humanos que somos. Y en el diario transitar por este mundo habrá dos tipos de personas que reaccionarán, ya sea, positiva o negativamente a su paso. Una de ellas sabrá aprovechar el momento para encaminarse en la senda del éxito y la prosperidad mientras la otra ignorante o negligentemente la dejará pasar para abordar, sin lugar a dudas, el tren del fracaso y la decepción! Con cuál de estos dos tipos de individuos te identificas?

La Primavera
Comencemos primeramente definiendo qué es en sí la Primavera. Observemos lo que nos dice la Wikipedia:

La Primavera es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas de nuestro planeta, posterior al invierno y anterior al verano. El término “prima” proviene de «primer» y “vera” de «verdor».

La Primavera también puede referir a las ideas del Renacimiento, el rejuvenecimiento, la renovación, la resurrección y el nuevo crecimiento. En la literatura, la Primavera representa la juventud, época o fase de la vida de una persona en la que se dice que está en la "flor de la vida".

Como verás, es en esta estación que debemos aprovechar el momento, la oportunidad de trabajar y esforzarnos para alcanzar un futuro prometedor. Es en este instante, en el que comenzamos a reflexionar de, quiénes somos, para qué fuimos creados, qué potencial tenemos, a su vez, tenemos el poder de decidir qué hacer con nuestras vidas, etc. Pero, ¿qué nos dice Jim al respecto? Veamos.

(Edición del texto y Corchetes son míos)
Qué increíble es que el mismo Dios, que creó el complejo e inmenso universo, haya creado la raza humana dándole la libertad de elegir libremente sus propios logros o su propia destrucción.


Este extraño pero sabio Dios, nos dio una esfera delicadamente balanceada llamada tierra, y sobre ella, colocó al ser humano que puede desarrollarla o destruirla. ¡Qué terriblemente fascinante que Dios hubiera dejado los dos proyectos, la tierra y los humanos, sin terminar! A través de los ríos y arroyos no construyó puentes; dejó los cuadros sin pintar, las canciones sin hacer, los libros sin escribir, y un espacio inexplorado. Para lograr todas esas cosas, Dios creó un ser humano incompleto quien, con su mente y su corazón, tuviera la capacidad de hacer todas esas cosas y más, dependiendo de su propia elección. La actitud determina la elección, y la elección determina los resultados. Todo lo que somos, y todo lo que podemos llegar a ser, ha sido, definitivamente, dejado a nosotros para elegir.

En el mismo momento en que está leyendo estas palabras, su actitud ha determinado lo que es usted. Su entusiasmo, su intensidad, la fe en usted mismo, la paciencia con usted mismo y con otros, y la emoción infantil acerca de su futuro ilimitado es el resultado de una simple palabra: actitud. ¡El trabajo de Dios está terminado, pero el trabajo de crear su mejor futuro apenas ha comenzado!

Mientras usted tenga vida, tendrá la oportunidad de finalizar ese trabajo, y el hacerlo, completará el trabajo que Dios dejó incompleto con un propósito. ¡En los ciclos y estaciones de la vida, la actitud lo es todo!

El constante y predecible Patrón de Cambio
Amigos cercanos se convierten en odiados enemigos. [Es lógico suponer esto, ya que, una vez decides cambiar el rumbo de tu vida, varios de tus amigos íntimos, hasta familiares, te desanimarán, se alejarán de ti con un tono de desprecio y de burla, puesto que lo que ellos no pudieron o no se esforzaron por lograr, únicamente frustración y decepción, son éstos mismos los que querrán que experimentes esa terrible situación por la que están pasando].

Las armas y el derramamiento de sangre en las guerras, son seguidas de la tranquilidad de una paz temporal.

Para todos los que existimos en esta esfera, azul y blanca llamada Tierra, la confianza es reemplazada, con el paso del tiempo, por la duda; la paciencia es reemplazada por el estrés; la esperanza por el aburrimiento; y los logros por la desilusión.

Como la rueda de la vida continúa su constante vuelta, todas las emociones humanas aparecen, desaparecen, y vuelven a aparecer. Somos espectadores asombrados de cómo una generación con altos valores morales, llega a volverse inmoral, dándonos motivo para predecir el fin del mundo, como lo hicieron nuestros antepasados, cuando fueron confrontados por el mismo dilema en generaciones anteriores.

Para todos nosotros, el único factor constante en la vida son nuestros sentimientos y actitudes hacia ella. El gran reto que enfrentamos es aprender a experimentar los ciclos que cambian la vida, sin ser cambiados por ellos. Para hacer un esfuerzo constante y consciente, en el intento de mejorar frente a los cambios circunstanciales de nuestras vidas, debemos asegurar la tolerancia en el Invierno, y el total regocijo en la cosecha del Otoño. [¡Debes habituarte al ambiente en el que vives aprovechándolo al máximo!].

¡La Primavera en su Etapa más desafiante!
Después de la turbulencia del invierno viene una estación de actividad y oportunidad llamada Primavera. Esta es la estación para entrar en los campos fértiles de la vida, con semillas, conocimiento, compromiso, y con decidido esfuerzo. No es tiempo para demorarse, o ponderar la posibilidad de fracaso. Insensato es aquel que deje pasar la primavera mientras se explaya pensando en la exitosa, o la fracasada, cosecha del Otoño pasado a pesar de todos los esfuerzos puestos la Primavera pasada.

Es una característica natural de la primavera presentarse brevemente, o adormecernos en la inactividad con su abundante belleza. No se detenga demasiado embriagándose con el aroma de las flores, para que no se despierte cuando ya la primavera se haya ido, y usted tenga todavía las semillas en su saco. La primavera no se fija si sembró o se quedó dormido, o si plantó abundantemente o pobremente. Si plantó granos fértiles de trigo, o semillas inservibles de hierba. Ni la primavera, ni la tierra, ni el sol ni ningún otro elemento, se preocupan si usted plantó o no. Solamente, le presentan el tiempo para que lo aproveche. La primavera no le llama la atención para que plante, no le advierte sobre las consecuencias si no planta. Para el que labra la tierra, la primavera no tiene ninguna emoción. Fue Dios quien le dio la sabiduría para levantarse de su confortable silla, y trabajar los campos en la estación correcta.

Para el marido, el padre, la esposa, la madre, el hombre de negocios, la primavera viene en forma de una oportunidad para, por ejemplo, enrolarse en una clase, o tener una conversación en el momento apropiado, o tener la valentía de cambiar su ocupación o su residencia, o quizás, cambiar su opinión acerca de algo o de alguien. La primavera de la vida se manifiesta ocasionalmente. No permita que la primavera pase mientras usted está sentado ociosamente, contemplando la severidad del pasado invierno de su vida.

Para sacar el máximo provecho de la primavera, retire la maleza y las rocas de su tierra, que usualmente son opiniones disfrazadas en forma de preocupación, duda o pesimismo de los que están cerca a usted. Es la fe fertilizante y el entusiasmo, los que vencerán las peores formas de plagas y maleza. Escuche a aquellos con quienes desearía pasar el resto de la estación de trabajo, y no a los que lo descorazonan con sus palabras. Ellos estarán hambrientos cuando llegue el otoño y el invierno, o mendigando a los que sí reconocieron la primavera, como una oportunidad breve para trabajar y dejar el juego para otra estación.

La esencia de la primavera es una tela de fe tejida con los hilos del enorme esfuerzo humano. ¡La primavera es el aire fresco de las nuevas oportunidades, cuando se disipan las nubes del invierno! El milagro de las estaciones nos muestra, que la misma nieve que nos obligó a buscar abrigo durante el invierno, cubrió la cosecha de la naturaleza, la cual vemos ahora ante nuestros ojos.

Haga todo su esfuerzo ahora, sin quejas, sin dudas, sin pesimismo y sin autocompasión, por la crudeza del invierno y sus circunstancias. ¿Se quejan las margaritas por el mismo frío y por el mismo viento? No, no lo hacen; ellas existen como un recordatorio, una amenaza o una promesa. ¿Alguna vez las margaritas y lo lirios inventan excusas, mienten o se quedan inactivas? Están ahí porque resistieron las circunstancias, no hicieron caso de las rocas y la tierra dura, como debe hacerlo usted en su vida, si quiere que florezca. ¡El mismo Dios que dio vida, significado y oportunidad a la naturaleza, es el que le está dando a usted todas esas bendiciones!

La primavera solamente dice: “¡Aquí estoy!” La primavera nos trae su vida y su calidez. Nos envía constantes mensajes de su llegada, el petirrojo, las ardillas, el retorno de las golondrinas y las bayas silvestres, en los campos de aquellos cuyos propios graneros están desocupados. La primavera le sonríe a todos los que responden a su llegada, y castiga a aquellos que se quedan sentados, o que sólo hacen el esfuerzo a medias. Algunos trabajarán sólo un poco, suficiente para poderse dar excusas ellos mismos sobre los magros resultados del otoño. Unos, pescarán, jugarán, dormirán, o se acostarán entre las flores silvestres. Otros, plantarán descuidada o rápidamente, sin tomarse el tiempo de hacerlo a nivel de sus capacidades o inteligencia. Algunos pondrán su confianza en el Dios que trajo las flores silvestres, olvidando la admonición que dice: “La fe sin trabajo está muerta”. La temperatura, el sol y los campos fértiles de la primavera, son sólo una parte de la fórmula para el logro; el catalizador que produce el resultado final es el intenso, honesto y consistente esfuerzo humano, y ahí está el problema. Como humanos, tenemos el derecho de elegir; el derecho de usar la disciplina o no usarla; podemos elegir actuar con valentía, o escondernos miedosamente; podemos elegir pensar o responder a un hábito. Cuando tenemos libertad de escoger, con frecuencia escogemos descansar, o hacer la mitad del esfuerzo, o inventamos una excusa conveniente. A veces, escogemos quedarnos en casa porque es más confortable, o cerca del río más que en el campo, sabiendo que la inteligencia que nos permite hacerlo bien, también nos permite mentir bien, o excusarnos a nosotros mismos, o culpar a las circunstancias. A pesar de todo, el don de la inteligencia humana, y la libertad de escoger que la acompaña, puede no ser una bendición sino una maldición, cuando nos permite engañarnos y mentirnos a nosotros mismos, lo cual es el nivel más alto posible de la ignorancia.

Escoja actuar, no descansar. Escoja la verdad, no la fantasía. Escoja sonreír, no fruncir el ceño. Escoja amar, no pelear. Escoja lo mejor de la vida, y escoja la oportunidad, así como la posibilidad de trabajar cuando la primavera aún sonríe en su vida.

Mucho del esfuerzo y la oportunidad de la primavera, descansa en la profundidad y el grado de nuestra fe. La vida no nos asegura que plantando las semillas nos dará una cosecha. Tenemos sólo la experiencia de los que ya lo hicieron. Las tormentas de la vida podrían cancelar todos nuestros esfuerzos gastados en los campos de la oportunidad. Pero, no hacer ningún esfuerzo durante la primavera, no nos asegurará un resultado en el otoño.

La fe nos provee una irrevocable ley, decretada en el Cielo, la cual nos asegura que ¡todo esfuerzo humano disciplinado, recibirá múltiples recompensas...!

Es la promesa de la primavera que nos dice que así como sembramos, así cosecharemos. Sembrar mentiras, produce mentiras; sembrar codicia, cosecha pobreza; sembrar inactividad, produce un granero vacío; elija postergar, y seguramente, ese pequeño gigante crecerá para convertirse en monstruo, haciendo sus acciones futuras totalmente inefectivas.

El acto de plantar durante las cálidas brisas de la primavera, requiere que ejerzamos esta dolorosa disciplina, porque si no lo hacemos, estaremos asegurando que en el próximo otoño, experimentaremos el mayor dolor del arrepentimiento. La diferencia es que el valor de la disciplina pesa gramos, y el del arrepentimiento toneladas. Debemos plantar durante la primavera de la vida o mendigar durante el otoño.

Cada día nos es dado como una nueva primavera. Los pensamientos, acciones, sueños, y esfuerzos de hoy nos darán la cosecha del mañana. La negligencia en aprovechar la oportunidad que se nos ha dado este día, se pagará con una dilación de nuestro mejor futuro. No use el día de hoy para revivir mentalmente el día de ayer, o para esperar la llegada de mañana, porque mañana, cuando llegue, será llamado hoy. ¡No hay mejor día, no hay mejor oportunidad, no hay mejor primavera, no hay mejor momento para empezar que el momento actual! Atrape los momentos en la medida en que los encuentre, y moldéelos para hacer su propio futuro mejor. Las dilaciones de hoy se convertirán en el arrepentimiento de mañana.

Para algunos, la aparición de la primavera es un tiempo de gran dificultad. Posiblemente, por nuestra propia negligencia o inactividad en pasadas estaciones, nos encontramos con nuestro granero y nuestros estómagos vacíos. ¡Nuestra necesidad de comida y dinero no es para el próximo otoño... es ahora!

Bajo estas circunstancias, olvidamos que las estaciones no son ni más rápidas ni más lentas de acuerdo con nuestras necesidades. La primavera solamente aparecerá, pero no esperará, ni transformará las semillas en cosecha. Las semillas, así como nuestras necesidades, deberán esperar el cambio de las estaciones. No podemos pedirle a la naturaleza un adelanto. Talento, necesidad, deseo y oración, no servirán de nada a aquellos que están pagando las dolorosas consecuencias de su pasada negligencia. Más bien, aproveche esas pocas oportunidades de hacer nada o algo; forzándose a apagar el TV, y aprovechando la oportunidad para tener una conversación familiar, o la oportunidad del silencio. Estamos rodeados de oportunidades, aparecen y desaparecen rápidamente, dejando gratas memorias a los que respondieron a su aparición, o remordimientos a los que estaban muy ocupados para molestarse en verla.

La vida es verdaderamente un constante empezar, una constante oportunidad y una constante primavera. La fortuna, la felicidad y la paz mental, aguardan a aquellos que aprenden a buscar el milagro escondido dentro de las cosas comunes.

Jim Rohn


Fuente de Referencias:
- https://es.wikipedia.org/
- http://cisprocr.com/cispro/system/files/Las%20estaciones%20de%20la%20vida.pdf
- http://proyectofranky.blogspot.com/2011/11/las-cuatro-estaciones-de-jim-rohn.html

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